Mis gemelos y yo

08.05.2016 17:33

Mi nombre es G.M. y mi testimonio es sencillo pero contundente.  A la edad de 43 años quedé embarazada de gemelos. En un primer momento estaba feliz con la noticia, pero a medida que pasaban los días y los meses, entre las molestias  y planes frustrados, estos dos benditos hijos empezaron a molestarme.  Para el tercer mes los sentía como una molestia y para el cuarto mes los calificaba de “intrusos”, tanta era la molestia y frustración que tenía.

Un domingo, transitando el quinto mes de embarazo, estaba en misa, cuando escucho  decir una herejía contra la Eucaristía. Mi corazón empezó a latir con fuerza y comencé a enojarme. Tenía ganas de dar libre curso a mi enojo y a hacerme escuchar con fuerza rebatiendo  todo aquello.  Pero en cambio, empecé a orar a Jesús, pidiéndole perdón por aquellas expresiones y a hacer actos de fe: “yo creo Jesús que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar”, “creo Señor que estás aquí presente en toda tu Gloria”, y así durante la procesión a comulgar.

Cuando regresaba a mi banco, dentro mío empezó a brotar un gozo muy fuerte, al punto del llanto, hacia mis dos hijos en mi vientre. ¡Estaba feliz! ¡Era mamá de dos hermosos varones! ¡Qué alegría tenía dentro mío! Tenía ganas de contar a todos lo que me estaba pasando.  Cuando le conté a mi esposo, no podía expresarle mi felicidad y entonces me di cuenta que era un regalo que Jesús me había hecho por los actos de fe y sumisión que había realizado en la comunión.

Mis hijos necesitaron, y aún necesitan oración por esos cinco meses de rechazo, pero para Jesús ¡nada es imposible!

La gloria, el honor, la alabanza y el poder sean para mi Dios y mi todo.

GMR