La decisión que hace la diferencia

Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti- Salmo 33

 

Cuando estamos pasando tiempos de fuerte prueba, justamente es nuestra fe y nuestra confianza las que se ponen a prueba. Fe en que Dios puede, quiere y hará un cambio en nuestra vida para bien.  Confianza en que él es bueno, nos mira constantemente, se preocupa por la situación, no nos defraudará y no demorará más del tiempo fijado, para cumplir sus planes. Dios necesita trabajar con nosotros. No quiere hacer las cosas solo y por lo tanto, nos quiere asociados en el obrar y en el gozo de los resultados de esas obras maravillosas logradas los dos.

 

Pero para esto, Dios nos debe entrenar. Por eso, no es lo mismo pasar el tiempo duro solo, llorando con amargura o con la terrible sensación de haber sido abandonado.  Es verdad que esos sentimientos muchas veces no se pueden evitar, pero lo que sí es obra de tu voluntad, es un pequeño acto de fe . Cuando las cosas parecen que se desmoronan, que todo sale mal  y que la vida se precipita en una terrible bajada hacia la oscuridad, es posible hacer la diferencia para el cambio. Decide poner tu confianza en él, pero dícelo en voz alta. Alábalo, cántale canciones de alabanza, que a él agradan mucho! Él quiere escucharte, no sólo leer tu corazón y quiere llevarte a que confíes en él , como cuando eras un niño y cuando algo se te rompía o salía mal y  decías:  “No importa, Papá lo arregla”-Tu Papá celestial, gracias a Jesús, tiene  un final feliz inesperado para tu historia. Nada se le escapa  de lo que estás pasando y la bendición ya está preparada. Decide confiar en él .